¡Ave, César!

Josh Brolin

Josh Brolin

Crítica

Puro exceso

Por Joaquín Torán

A estas alturas de sus cinematografías -con diecinueve películas en su haber, varias más escritas para terceros (las recientes El puente de los espías de Spielberg o Invencible de Angelina Jolie), y convertidos en productores franquicia mediante series de calidad y éxito como Fargo-, son pocos los amantes del cine incapaces de reconocer en los hermanos Coen un tono inconfundible que dota a todas sus obras de una estética y también de una personalidad exclusiva y arrolladora. Los hermanos judíos, Joel, el mayor (noviembre de 1954) y, hasta No es país para viejos (2007) verdadero director del tándem, y Ethan (septiembre de 1957), tienen un humor negro que los diferencia y distancia de la práctica totalidad de sus compañeros de claqueta y cámara, y unos guiones originalísimos, sorprendentes y poblados por personajes estrambóticos y maravillosos. Hasta la reciente Ave, César (Hail, Caesar, 2016) todos sus filmes podían catalogarse de un simple vistazo.

Hail Cesar

Lo que discrimina a Ave, César de sus hermanas es que nunca antes el espectador, o el seguidor idólatra del dúo de cineastas (que los hay con fundamento, y son legión), se había topado con un producto “propio”, es decir, nacido de su imaginación fecunda, que dejara tan desconcertado tras su visionado. Básicamente, al término de la función, el público se termina formulando una simple pregunta: ¿es Ave, César una película del montón, “alimenticia”, o es más bien un sonoro patinazo? Este crítico, tras darle varias vueltas a la cuestión en frío, aún no ha encontrado respuesta convincente; no obstante, promete intentarlo.

El guión proyecta varios cambios de registro que remiten invariablmente al western, al peplum o a una de esas revistas de variedades con Esther Williams

Ave, César es, en principio, la historia de un secuestro: el de Baird Whitlock (George Clooney), actor principal del peplum que da nombre al largometraje. No tarda en comprenderse el mcguffin de la premisa desde el momento en que Ave, César se revela como un un retrato entusiasmado de la industria fílmica, de esa máquina de sueños que es y ha sido el séptimo arte. Los Coen homenajean a Cecil B. De Mille, a Ingmar Bergman, a George Cukor, y a todas las estrellas que más que divos eran dioses. Hasta aquí, se entienden las intenciones de los hermanos y el fin que emplean para lograr su objetivo onomástico. A su modo, con sus herramientas personales e inclasificables, prueban a hacer lo mismo que hicieran en su día François Truffaut o los Taviani: rendir tributo al cine desde el cine.

Este propósito se plasma con una ambición que hasta ahora los Coen no habían manifestado tan abiertamente. Su última película es colosalista en su puesta en escena, en sus decorados, en sus interpretaciones, en su fondo: al incidir en la vida de un estudio, y por extensión de la persona fuerte de ese estudio, Eddie Mannix (Josh Brolin), el guión proyecta varios cambios de registro que remiten invariablmente al western, al peplum o a una de esas revistas de variedades con Esther Williams tan en boga en el cine de antes de mediados del siglo pasado. Todo eso es Ave, César. Sin relación de continuidad y sin contención. Es puro exceso a veces y casi siempre un obsceno empacho.

Hail_Caesar

Alden Ehrenreich y Ralph Fiennes

Los Coen se pasan de frenada. En este título dan la impresión de padecer el “síndrome Tim Burton”, de creerse más el personaje-director que el director-personaje. Es decir: Joel y Ethan parecen estar parodiándose a sí mismos. Cierto es que nunca se tomaron demasiado en serio, pero lo de este caso, que esperamos poder llamar excepción y no nueva regla, no conoce parangón. Varios de sus característicos rasgos se estiran hasta desdibujarse.

Por desgracia, lo que aquí acontece se asemeja más a una película de sketches montada por el enemigo o a un episodio de las últimas 14 temporadas de Los Simpons, ese maratón obsesionado por ver desfilar celebridades

Célebres, por ejemplo, son sus personajes extraños y a su vez entrañables (o inolvidables), estandartes del “coenismo” en cuanto trascienden las fronteras de la ficción que protagonizan. En Ave, César ni uno solo de sus personajes, y los hay a patadas, pues difícilmente hallaremos en la filmografía del tándem un filme más coral -quizás Oh, Brother-, alcanzará la inmortalidad. No hay nadie, protagonista, secundario o comparsa, que tenga un solo motivo para sobresalir, o un solo motivo para existir, más allá del capricho de una imaginación arbitraria. Jamás los Coen habían desaprovechado el potencial de sus personajes -delictivo es lo que perpetran con Scarlet Johansson- como en esta su última ocurrencia.

Por si no fuera suficiente con esta mácula que desluce el resultado, nunca, que recordemos, habían construido los hermanos un guión tan caótico y deslavazado como el que nos ocupa. Los habituales giros o fantasías, sus gruesos excesos o trucos circenses (sin ánimo despectivo), habían tenido hasta la fecha un sentido explicable en el contexto de la narración. Por desgracia, lo que aquí acontece se asemeja más a una película de sketches montada por el enemigo o a un episodio de las últimas 14 temporadas de Los Simpsons, ese maratón obsesionado por ver desfilar celebridades. Que nadie se deje engañar por el dorado reparto: muchos de esos nombres tan sólo son cameos para engrosar una ligera broma.

Dicho esto, y dejando de lado una estupenda banda sonora de Carter Bulwer, la interpretación de un sensacional Ralph Fiennes, varios chistes logrados (por mera inercia), y una puesta en escena que es consecuencia de un saber cinematográfico inteligentemente pulido tras años de militancia fílmica, la incógnita planteada renglones más arriba nos sigue asaltando. ¿Gamberrada o estropicio? Posiblemente, la respuesta esté en el término medio de ambas consideraciones. 

Título original: Hail, Caesar! (2016)

Duración 106 min.

País: Estados Unidos

Director: Joel Coen, Ethan Coen

Guión: Joel Coen, Ethan Coen

Fotografía: Roger Deakins

Música: Carter Burwell

Reparto: Josh Brolin, George Clooney, Scarlett Johansson, Ralph Fiennes, Tilda Swinton,Channing Tatum, Alden Ehrenreich, Frances McDormand, Jonah Hill, Christopher Lambert, Clancy Brown, Wayne Knight, Dolph Lundgren, Patrick Fischler, Robert Picardo, David Krumholtz, Fisher Stevens, Emily Beecham, Fred Melamed

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