Kóblic | La Crítica

Ricardo Darín

Crítica

La pesadilla de la memoria

Por Elios Mendieta

Lanzar a prisioneros o adversarios políticos al mar desde un avión fue una de los crímenes más atroces que se cometieron por diversas dictaduras en el pasado siglo XX. Un siglo repleto de genocidios y de sucesos macabros. Esta forma de matar, muy desarrollada por el régimen militar y dictatorial de Videla, llenó de cadáveres el Río de la Plata argentino. La última buena historia de Sebastián Borensztein parte de esta salvajada, y tiene como protagonista a Ricardo Darín, que interpreta a Kóblic, un oficial militar que se escabulle de su deber de pilotar estos aviones de la muerte y escapa hacia el sur de Argentina, donde tratará de esconderse mientras lucha contra su pasado.

El recientemente galardonado como Mejor Actor Protagonista en los Goya por su papel en Truman es, sin duda, lo mejor de Capitán Kóblic, la última cinta del director de Un cuento chino. Como acostumbra, Darín está inconmesurable. Se come la pantalla, y su lucha resulta creíble, tanto con el sheriff del pueblo en el que se esconde (genialmente interpretado por Oscar Martínez), como con sus pensamientos. Constantemente, vemos a un antiguo oficial herido, abatido por un pasado del que no consigue escapar, y que lo mantiene enjaulado en una tristeza que amenaza con ser eterna.

No obstante, la excepcional idea del director argentino sufre en su puesta en escena. En los primeros cinco minutos de metraje, Borensztein ofrece un exceso de información, expone todo lo que atormenta a Kóblic. Así, el espectador apenas puede jugar a adivinar lo que ocurre en el resto del filme, pues ya sabe más de lo necesario. Los numerosos flashbacks, que podrían ser un excepcional punto de apoyo, resultan innecesarios, ya que el espectador sabe cuál es la constante pesadilla por la que atraviesa el personaje.

Además, Inma Cuesta –sin duda una de las actrices con más potencial en el panorama nacional- no parece encajar en el papel que le ofrece el director argentino. Interpreta a Nancy, una mujer sin estudios atrapada en la crudeza del mundo rural argentino y sometida a las rancias costumbres de la zona. Aunque su actuación es impecable, su acento –aunque muy ensayado- no es del todo creíble. Para darse cuenta de este detalle, no hay más que hacer un ejercicio comparativo con el resto de actores o actrices secundarios que aparecen en el filme. Un fallo de casting, no tanto de la propia actriz.

Por lo demás, Capitán Kóblic es una película correcta, que cabalga entre distintos géneros como el thriller o el western más rural, que se sustenta en un buen guión y en la gran idea que propone Borensztein, uno de los grandes directores argentinos del momento. Y, por supuesto, la magia de Ricardo Darín, que demuestra, por enésima vez, que ha nacido para este oficio.