Entrevista con Nico Casal

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Fotografía de Varvara Tyunina

“Londres me vale para ponerme las pilas muchísimo”

Por Claudia Lorenzo

Nico Casal (Santiago, 1985) ha tomado Londres por asalto. O más bien batallita a batallita. Se mudó a hacer un máster en composición de música para trabajos audiovisuales en la City University of London hace casi tres años, y poquito a poco ha ido consiguiendo proyectos publicitarios, cinematográficos y cosechando algún que otro premio.

“Cuando era pequeño tenía clarísimo que quería ser arquitecto, no tenía pensado dedicarme al cine”, comenta Casal. “Yo estaba estudiando piano en el conservatorio, y en 2005 un amigo que iba a hacer su primer corto me insistió en que le hiciese la banda sonora. Yo le dije que no componía, que tocaba. Antes del corto las bandas sonoras ni me habían llamado la atención. Me gustaba el cine, pero no me había parado a analizar su música”. El corto en cuestión se llamaba Retrato y el director era Jairo Iglesias. “Aluciné. Durante unos años compaginé las bandas sonoras para cortos con el conservatorio superior, pero me lo tomaba como un hobby. Era un riesgo pararme en seco para empezar a componer. Sin embargo, al acabar la carrera ya tenía claro que quería centrarme en cine”.

La lista de cortos siguió aumentando hasta llegar al año 2011, cuando Nico hizo las maletas y se mudó a la capital británica, en donde abrió los brazos a la música para publicidad con el anuncio de navideño de Guinness Black & White, con el que colaboró en la orquestación y los arreglos. Llegaron documentales (Museo de un silencio, Words), obras de teatro (Luminosa nostalgia) y vídeos corporativos, como el del Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa. Y con la música de éste último, llegaron los premios. “Me había presentado al Premio Jerry Goldsmith hace cuatro años, y me preseleccionaron. El año pasado, como había trabajado en tantos proyectos, me volví a presentar en varias categorías. Me preseleccionaron en dos, y eso ya me puso contentísimo. Después salieron los finalistas y descubrí que estaba en una, la de mejor música promocional. Me fui a la gala en Córdoba, por tener la experiencia de conocer a todo el mundo y estar allí, y la sorpresa fue cuando dijeron ‘And the winner is Nico Casal’”.

El Premio Jerry Goldsmith se otorga desde 2006 dentro del Festival Internacional de Música de Cine ‘Provincia de Córdoba’. Pretende reconocer la labor de músicos que se están iniciando en el sector audiovisual o que, pese a tener ya una trayectoria profesional, no han obtenido reconocimiento. De ahí han salido premiados compositores como Lucas Vidal (Mientras duermes, Invasor, Fast & Furious 6), Arnau Bataller (Héroes, Lo mejor de Eva) o Sergio de la Puente (El lince perdido).

Jerry Goldsmith podía haber sido el nombre del mejor momento de Nico Casal de 2013. Pero el verano no había hecho más que comenzar y poco después recibió la noticia de que la primera película en la que había trabajado, El árbol magnético, dirigida por Isabel Aguayvives, iba a tener su presentación mundial en el Festival de Cine de San Sebastián. “El momento del primer estreno en el Kursaal no lo voy a olvidar nunca. Estar encima de un escenario, frente a una sala llena que va a ver la película, en San Sebastián, y que toda esa gente vaya a escuchar mi música es un sueño, algo irrepetible. Tuve muchísima suerte de poder experimentar esto con la primera, nunca hubiese imaginado tener una película tan pronto y nunca hubiese imaginado tener esta experiencia aquí esos días”. Tras competir en la Sección Nuevos Directores del festival donostiarra, el filme viajó al Festival de Palm Springs y obtuvo el Premio a la Mejor Película en Madridimagen y el Premio Moviecity en el Festival de Valdivia. Se estrena en salas el próximo 1 de agosto.

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Casal llegó al Árbol Magnético de rebote y con suerte. Su trabajo previo en el documental Entreparadas, dirigido por Toño Chouza, que retrata un proyecto de inclusión social con personas con discapacidades, fue el enlace. “Entreparadas es uno de los proyectos más bonitos en los que he trabajado”, declara el compositor. “Conociéndolo de memoria tras componer la música desde casa, sigue emocionándome”.

“Resultó que los productores del Árbol Magnético necesitaban a un compositor y le preguntaron al del estudio de postproducción de sonido de la peli si conocía a alguien. Yo había ido unos días antes allí a acabar la música de Entreparadas y al chico le había gustado mi trabajo. Si llego a ir a ese estudio un par de días antes, o después… Una mañana en Londres me levanté, me hice un café, y tenía una propuesta para hacer una peli”. El proceso fue diferente a lo habitual. “Se pusieron en contacto conmigo cuando ya estaban acabando el montaje. Fue muy bonito pero muy rápido, además de a distancia. Isabel estaba en Madrid y yo en Londres, y nos reuníamos por Skype y nos hablábamos con emails interminables. Nos entendimos muy bien”. “Desde el principio estuvimos muy de acuerdo en dónde iría la música”, comenta Casal. “Seis bloques. Viéndolo ahora en la distancia, con la película acabada, creo que están donde tienen que estar”.

El árbol magnético, historia de un retorno, de una casa y de una familia, es una película hecha de detalles, de pequeños momentos. “Una de las primeras cosas de las que hablamos fue de incluir algún sonido electrónico. Hicimos varias pruebas y al final nos quedamos con lo que se oye en la peli, que se escucha muy bajito, una mezcla de sonidos y ruidos metálicos reforzando la idea del magnetismo que se ejerce alrededor del árbol, de la casa, de los personajes. Y esa parte que a lo mejor suena más dura se contrapone con notas de piano, de celesta, de xilófono, de cuerdas. No sabes muy bien lo que está sonando por debajo, porque en ningún momento es protagonista”.

Después del Árbol magnético, Nico ha seguido dando pasitos. Bestia de cardo, su siguiente película, dirigida por Virgina Sánchez, está en postproducción, y ya tiene a la cola la tercera, Se vende, dirigida por Andrés del Caño y Luis Antonio Pérez. Ha compuesto la música de los cortometrajes I don’t say goodbye, I say see you soon, de Giuliana Monteiro, a competición en la última Berlinale, y Lonely Planet, dirigido por Alex Burunova. También, en colaboración con Nick Hill, ha creado la banda sonora del anuncio de Adidas para presentar la segunda equipación de La Roja. No para. “Lo ideal es ser capaz de componer en todos los géneros y estilos. La versatilidad es lo más difícil, intento adquirir influencias de todas partes”. Entre esas influencias se encuentran muchos clásicos, propios de su formación: “Tengo compositores de referencia como Rachmaninov, Chopin o Keith Jarrett. En mis trabajos seguro que hay algo de ellos aunque no sea consciente”. ¿Y en música para el cine? “Me gusta el trabajo de Thomas Newman, en Wall-e o Camino a la perdición, o el de Michael Giacchino en Up, que es una obra maestra. También los grandes, claro, como John Williams o Bernard Herrmann”.

De momento Nico se queda en la ciudad británica. “Londres me vale durante una época para ponerme las pilas muchísimo”, cuenta Nico. “Tanta gente, tanta competencia, tantas cosas pasando todo el rato, me obligan a no parar, a mejorar mucho”.

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