Falta de chispa

Crítica

Los juegos del hambre: En llamas (2013), de Francis Lawrence

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En primer lugar me gustaría dejar claro que esta crítica se basa, única y exclusivamente, en la película y no en los libros, puesto que no los he leído. También he de decir que en mi opinión eso es irrelevante, a pesar de lo que piensen muchos de los fans de Suzanne Collins (escritora de la saga), más que nada porque la adaptación de un libro no siempre puede ser tan fiel como le gustaría a los lectores (aunque por lo que he leído los seguidores de Collins están satisfechos con el resultado de esta segunda parte). Dicho esto, y a pesar de la aclamación que ha recibido en los Estados Unidos, Los juegos del hambre: en llamas me ha parecido, sobre todo, cursi aunque debo admitir que tiene un trasfondo social significativo, y es precisamente este aspecto de la historia lo que me resulta más interesante; la crítica al abuso de poder y a la miseria a la que se somete a los pueblos. Desafortunadamente, eso es lo que sucede en el mundo en el que vivimos aunque nosotros no lo veamos o, en ocasiones, no queramos verlo. Por eso, el hecho de que una saga tan popular tenga como escenario esta lucha contra la injusticia es, cuanto menos, gratificante.

Tras el éxito de la precuela, Los juegos del hambre (2012), Francis Lawrence (quien ha sucedido a Gary Ross en la dirección de la saga llevada a la gran pantalla por Lionsgate) nos trae la continuación de esta historia cuya protagonista, Katniss Everdeen (la oscarizada Jennifer Lawrence), ha conquistado el corazón del público y de su compañero de lucha, Peeta Mellark (Josh Hutcherson). Tras ganar “los juegos del hambre”, la pareja se dispone una vez más a enfrentarse a vida o muerte a antiguos vencedores de los diferentes distritos. Pero Katniss, que se ha convertido en la fuente de esperanza de los pueblos marginados, provocará sublevaciones que llevarán al Capitolio a tomar medidas violentas.

Con una premisa como esta, no cabe duda que la acción es uno de los puntos fuertes del film. La fotografía (realizada por Jo Willems), junto el vestuario y al maquillaje, son otros de los aspectos más destacados de la película, así como la presencia de talentos como Woody Harrelson, Donald Sutherland, Stanley Tucci y Philip Seymour Hoffman, quienes nos deleitan con sus interpretaciones. Elizabeth Banks también brilla dando vida, una vez más, a la extravagante Effie Trinket, y no sólo a causa de su pelo dorado y los pegotes de purpurina de su ojos.

Es por todas estas razones que el guión (escrito por Simon Beaufoy y Michael Arndt) resulta de los más decepcionante, debido a la extrema cursilería de la que hace uso. Tanto la relación entre Katniss y Peeta como el resto de las escenas sentimentales resultan de lo más empalagosas (lo cual provocó algunas risas entre la audiencia). Esto, sin embargo, parece no afectar al éxito de taquilla que En llamas está teniendo tanto en América como en Europa.

Una vez más somos testigos del triunfo que generan las películas de fantasía y acción, sobre todo cuando son adaptaciones de best-sellers. Y es que todos sabemos que en Hollywood lo que importa es el dinero, no el arte. Ya lo vimos con la saga de Bella y Edward que por suerte, ha terminado. Al menos Los juegos del hambre nos da qué pensar.

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