Crítica
Boogie Nights (1997), de Paul Thomas Anderson
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Boogie Nights es una película épica sobre un mundo sin moral que está conducido por la vanidad, la fama, la codicia y el dinero. No, no es una película sobre Hollywood, sino sobre otro mundo que existe debajo de la meca del cine. Boogie Nights es un film que explora el mundo del porno. Es la segunda cinta del genio Paul Thomas Anderson, mejor conocido como PTA. En esta película, PTA nos cuenta la historia de un grupo de parias sociales que se conectan física y emocionalmente en la industria del cine X. Boogie Nights toma lugar en los años 70, mejor conocida como la época dorada del cine para adultos, ya que ésta es la década en la que el cine porno se exhibía en salas de cine.
El personaje principal, Eddie Adams, también conocido como Dirk Diggler (Mark Wahlberg) está basado en la estrella real del cine porno John C. Holmes, quien se hizo famoso en los 70 y en los 80 por protagonizar en mas de 2250 películas y vídeos en donde tenía relaciones sexuales con mujeres y hombres.
Lo que hace de Boogie Nights una obra maestra es la capacidad que tiene PTA de darle importancia y matices al elenco. La historia nos cuenta el ascenso del cine porno en los 70 y cómo era una industria llena de glamour, estilo y cierto tipo de clase. Durante la primera hora de la cinta, Dirk Diggler disfruta su escalada a la cima como la estrella más poderosa de la década. El director se encarga de crear una atmósfera divertida, entretenida y seductora que toma al espectador por los ojos y no lo deja ir.
Ahora, la segunda hora del filme se traslada a los 80 y es lo opuesto a lo que sucede en la primera hora. Dirk Diggler está en la cima y comienza su descenso. La película también hace un gran papel a la hora de contar la historia del cine porno, porque los 80 fue la década en la que se dejaron de exhibir películas en salas de cine, y el cine para adultos se convirtió en producto para vídeo. Todo se empezó a grabar en videocámaras y era enviado a las videotiendas. En esta segunda hora, también se descubre el lado oscuro de la pornografía, la obsesión por la belleza que tienen los actores, los problemas creados por la adicción al alcohol, las drogas y el sexo, hasta tal punto que el placer físico desaparece y tener coito en frente a la cámara se convierte en una rutina que destruye la erección de Dirk Diggler.
Boogie Nights también explora temas como la homosexualidad, especialmente con el personaje del genial y ahora desafortunadamente fallecido Philip Seymour Hoffman, quien se roba el papel como el sonidista con sobrepeso enamorado de Mark Walhberg. PTA hace algo maravilloso con el personaje de Hoffman, nunca nadie lo rechaza, ni se burlan de su orientación sexual. Es un personaje que forma parte de la familia, ya que como los demás, Hoffman es un marginado en un grupo de marginados.
Boogie Nights es un retrato oscuro sobre la industria del cine. Si, la película toca temas como la drogadicción, el sexo ilícito y sin protección (y estamos hablando en un tiempo en donde no se conocía la palabra SIDA) pero no es un retrato moralista. Al contrario, es un filme maravilloso en donde se estudia la importancia de la fama y del poder pero sin perder el concepto de familia, ya que la familia no es donde se nace, sino la que se elige.