
El equipo de ‘Birdman’ recoge el galardón a Mejor película 2015
Por Claudia Lorenzo
A los miembros de la industria del cine les gusta que se hable de ellos, eso está claro. Si no, es difícil entender que, entre las grandes películas nominadas este año, hayan elegido para el gran triunvirato (guión, dirección, película) a la misma candidata, un filme con indudable calidad artística pero poca profundidad. Birdman habla de sus problemas y la premian no muchos años después del momento The Artist, esa película que, como ella, sacrificaba algo del fondo por la forma (un ponme ahora un cine mudo por un quítame allá el plano secuencia).
La “derrota”, si se puede llamar así, de Boyhood viene exacerbada por la pérdida del máximo galardón también en los anteriores Independent Spirit Awards, una gala que parece expresamente hecha para celebrar un filme arriesgado y rodado con cuatro duros que logra captar el paso de tiempo y hacer que la audiencia sienta el crecimiento del protagonista como propio pero que le negó ese reconocimiento.
El riesgo de Richard Linklater por crear un filme que ha unido a la mayor parte de la crítica merecía, cuanto menos, el premio a mejor director y, si no a la mejor película, perder frente a algo más redondo que Birdman. Precisamente el único galardón que ésta se tenía que llevar de forma clara, el mejor actor protagonista para un Michael Keaton que se echa la película a la espalda (y no el plano secuencia), se lo llevó el adorable Eddie Redmayne, gracias a un trabajo interpretativo lleno de dificultad (interpretar a Stephen Hawking a lo largo de su enfermedad requiere mucha técnica) pero que, también, premiaba la forma por el fondo. Keaton, a cara descubierta, logra crear una impresión tan buena o más que la fisicalidad de Redmayne, y si bien ninguno de los otros intérpretes era un gran favorito, Bradley Cooper o los ausentes Timothy Spall, Jake Gyllenhall o David Oyelowo merecían ser tenidos en cuenta.
La gran confrontación de la noche se saldó con el gran triunfo para Iñárritu y su enorme ego y una pequeña victoria para Boyhood, la de ser responsable del momentazo de la noche. Patricia Arquette recogía su pronosticada estatuilla a mejor actriz de reparto y, blandiendo papel en mano, soltaba una retahíla de nombres a quienes agradecer el galardón antes de decir: “A todas las mujeres que han dado a luz, a todas aquellas que pagan impuestos y son ciudadanas de esta nación: hemos luchado por la igualdad de derechos para todos los demás, es hora de que haya igualdad salarial y de derechos para todas las mujeres en Norteamérica”. Su discurso fue jaleado por Meryl Streep en la primera fila del auditorio en una de las imágenes de la noche. Arquette ha hecho una campaña de premios en la que no se ha callado ni un momento a la hora de hablar de asuntos importantes que le preocupan, y los Óscar, muy en la estela de Cate Blanchett el año pasado, fueron su cierre perfecto.

Common y John Legend interpretan ‘Glory’, de la película ‘Selma’
El otro gran momento de la noche vino de mano de Selma. La “olvidada” del año, una película que sobrepasa la categoría de biopic para convertirse en gran cine y cuya calidad y fuerza ahogan los argumentos de las cuotas, homenajeó a Martin Luther King, su legado y su lucha gracias a Common y John Legend, que (por la que posteriormente se llevarían el Óscar a Mejor Canción) que puso en pie al Dolby Theatre y llenó a David Oyelowo y Chris Pine de lágrimas.
Neil Patrick Harris, nuestro Barney televisivo, comenzó la gala en todo lo alto, con un impecable número musical junto a Anna Kendrick y Jack Black. Todo fue cuesta abajo después, y Harris no fue el único culpable (de hecho, se y Emmys con mucho éxito). Un guión blando, con el mismo problema que las galas de nuestro país (si la gala se alarga, ¡corta números musicales!), bromas escasas de gracia (Fey & Poehler para 2016), pobres diálogos amenos entre los presentadores y algún patinazo (John Travolta, haciendo todo el rato cosas raras con la cara de Idina Menzel) consiguieron que cuatro horas de premios que ya se sabían resultasen eternas.
Entre mejor actor secundario y mejor actriz, ninguna sorpresa. J.K. Simmons se llevó el merecido Óscar por encarnar a un profesor convencido de que cualquier técnica es válida para sacar el artista que un alumno lleva dentro en Whiplash. Julianne Moore, en una categoría de intérpretes muy válidas, recuperó con Siempre Alice el premio que le deberían haber dado hace años.
Los galardones a mejor guión volvieron a demostrar que, en muchas ocasiones, son una categoría de consolación con la que poca gente sabe lidiar. The Imitation Game no era ni mucho menos el mejor guión adaptado (ese honor se lo merecía, en todo caso, Whiplash o, según la crítica norteamericana, Puro vicio, que aún no se ha estrenado en España), aunque Graham Moore ganó puntos con uno de los mejores discursos de la noche, animando a los adolescentes que se sienten “raros” a no desesperar. Birdman, que tiene mucho bueno, no es precisamente destacable por un libreto con tres terceros actos. Nightcrawler o El gran hotel Budapest hubiesen sido filmes muy adecuados para ver reconocida su calidad en esa categoría.
En una temporada de premios en la que, salvo excepciones, viene todo el pescado vendido (qué daño han hecho las galas de los sindicatos a la sorpresa), los Óscar tienen que comenzar a plantearse un nuevo concepto del espectáculo, ameno, divertido y rápido. Y la Academia tiene que dejar de mirarse el ombligo y ver más allá.
Se pueden consultar aquí debajo el resto de los premiados:
Mejor Película: “Birdman,” Alejandro G. Iñárritu, John Lesher y James W. Skotchdopole
Mejor Director: Alejandro González Iñárritu, “Birdman”
Mejor Actriz Protagonista: Julianne Moore, “Siempre Alice”
Mejor Actor Protagonista: Eddie Redmayne, “La teoría del todo”
Mejor Actor Secundario: J.K. Simmons, “Whiplash”
Mejor Actriz Secundaria: Patricia Arquette, “Boyhood”
Mejor Guión Adaptado: “The Imitation Game,” Graham Moore
Mejor Guión Original: “Birdman,” Alejandro G. Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. & Armando Bo
Mejor Música Original: “El gran hotel Budapest,” Alexandre Desplat
Mejor Canción: “Glory” de “Selma”; música y letras de John Stephens y Lonnie Lynn
Mejor Película Documental: “CITIZENFOUR,” Laura Poitras, Mathilde Bonnefoy y Dirk Wilutzky
Mejor Película de Animación: “Big Hero 6,” Don Hall, Chris Williams y Roy Conli
Mejor Montaje: “Whiplash,” Tom Cross
Mejor Fotografía: “Birdman,” Emmanuel Lubezki
Mejor Diseño de Producción: “El gran hotel Budapest,” Adam Stockhausen y Anna Pinnock
Mejor cortometraje documental: “Crisis Hotline,” Ellen Goosenberg Kent y Dana Perry
Mejor cortometraje de ficción: “The Phone Call,” Mat Kirkby y James Lucas
Mejor cortometraje animado: “Feast,” Patrick Osborne y Kristina Reed
Efectos visuales: “Interstellar,” Paul Franklin, Andrew Lockley, Ian Hunter y Scott Fisher
Mejor Montaje de Sonido: “American Sniper,” Alan Robert Murray y Bub Asman
Mejor Mezcla de Sonido: “Whiplash,” Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley
Mejor Película de Habla no inglesa: “Ida,” Pawel Pawlikowski (Polonia)
Mejor maquillaje y peluquería: “El gran hotel Budapest,” Frances Hannon y Mark Coulier
Mejor diseño de vestuario: “El gran hotel Budapest,” Milena Canonero