Entrevista a Martín Rosete nominado al Goya 2013 al mejor cortometraje
“Voice over ha sido una producción muy complicada, un puzzle”
Martín Rosete (Madrid,1980)
Por Pablo de la Chica| Madrid
Una gran historia siempre nace de un gran guión. Este es el caso de Voice Over. Creo que nuestro cine cuenta con una cantera de extraordinarios directores y guionistas, que cuentan grandes historias con grandes guiones en un formato cortometraje. Muchas veces dichos guionistas y directores son más apreciados fuera de nuestras fronteras, pues parece que solo sabemos valorar a dichos profesionales de nuestro cine cuando reciben algún premio especial, lo cual denota la carencia de sentido de gran parte de nuestra propia industria. Gracias a la vehemencia de dichos profesionales, de su trabajo y amor por el cine, seguimos teniendo la medicina y el relevo a un cine español realmente puesto en duda dentro de nuestras propias fronteras y aclamado fuera de ellas.
Martín Rosete y su equipo podrían ser ese grupo de rebeldes, enamorados de su trabajo, que suban un escalafón más a nuestro mermado sentido nacional sobre el cine español. Nos cita en su barrio, Carabanchel, para realizar la entrevista. No sé porque tengo la sensación de que aparecerá con un traje de astronauta. No es así. Elegante, con maletín y una gran sonrisa, aparece puntual a nuestra cita.
Nos citas en Carabanchel, tu barrio, pero actualmente resides en New York. ¿De donde surgió vivir en New York?
Ante todo muchas gracias por acercaros a mi barrio para la entrevista. Lo de vivir en New York fue posible gracias a una beca de La Caixa. Al principio era solo para un año, pero ya van seis. Vi muchas más posibilidades allí que aquí. Ahora tengo agente en Los Ángeles.
¿Cómo vive un director joven una nominación a un Goya?
Pude vivirlo aquí, en Madrid, pues regreso a casa siempre por navidades. Estaba junto a mi padre cuando Elena Anaya descubrió a los nominados. Fue emocionante.
El otro día, cuando hablamos por teléfono, estabas probándote el esmoquin. ¿Estás nervioso o después del recorrido en tantos festivales estás más tranquilo?
(Se ríe) Bueno, el esmoquin es la anécdota. No me gustan demasiado las ceremonias, pero es la gracia del día. A mi mujer le hace ilusión, así que nos pondremos el esmoquin y haremos la gracia completa. Respecto a los nervios, no, nervioso no estoy. Hemos intentado en este mes que el mayor número de académicos pudiese ver el cortometraje y por eso lo subimos en abierto en Vimeo. Ahora solo queda esperar.
¿En qué crees que ha repercutido tu nominación al Goya?
En mucho más de lo que yo jamás me esperaba. Ahora recibo ofertas de más gente. Yo ya había ganado más de 150 premios internacionales y con la nominación parece que acabas de aparecer de la nada. Te llaman para ofrecerte cosas y hay que aprovecharlo.
Desde tu primer corto Revolución a Voice Over, ¿en qué crees que has evolucionado como director?
Han pasado 10 años desde la producción de Revolución. Tenía 19 y no teníamos prácticas en la universidad. Tardé dos años en conseguir la financiación y cuando llegué al set era la primera vez que veía una cámara profesional. Desde ese momento, he ganado mucha confianza y no me da miedo enfrentarme a rodajes complejos, con efectos.
El guión de Voice Over es de Luis Berdejo. ¿De dónde viene el binomio con Luis y el paso a Voice Over?
Yo, anteriormente, sí escribía las cosas que dirigía. Pero actualmente me he dado cuenta de que disfruto mucho más dirigiendo o produciendo que escribiendo (y por otro lado hay gente que escribe mucho mejor que yo). Prefiero centrarme en lo que hago bien. Admira el trabajo de “Luiso” y gracias a Koldo Zuazua, que era el productor de ambos, nos pusimos en contacto. El también vive en Estados Unidos, me puse en contacto y le dije que quería dirigir algo suyo, yo buscaba algo que supusiera un reto para mí, me dejó leer el guión de Voice Over y le dije que era perfecto. No tenía ni idea de cómo lo iba hacer, pero nos tiramos a la piscina.
¿Eres más de guión o de género cinematográfico?
Me llegan muchos guiones desde mi manager y mi agente. A mi lo que me interesa es la historia. Busco que me toque a mí, como persona y como director, y que pueda contarla como se merece.
Habéis rodado en lugares como Tenerife o Almería, ¿Apoyan a jóvenes cortometrajistas? ¿Cómo habéis producido Voice Over?
Sí, claro que ayudan. Voice over ha sido una producción muy complicada, un puzzle. Contamos con menos dinero del que puede parecer y tuvimos problemas para la financiación. Nos asociamos con Volcano Films (Tenerife) y gracias a Chano, que es un productor increíble, nos consiguió ayudas/subvenciones de Tenerife Film Comission y Gobierno Canarias. En Andalucía, el festival de Almería nos dio el premio proyecto corto y gracias a Encanta Films conseguimos más ayudas, más el festival de Gijón y ayudas posteriores hemos podido producirlo. El tema de producir un cortometraje es largo y complicado.
Al ver Voice Over cualquiera se da cuenta de la calidad de los planos. ¿Te planteas rodar en 3D o por el contrario buscas un cine más clásico?
A mí me gustan las coas bonitas (risas). Aunque ruede una historia callejera, en un barrio como este, en el que algún día rodaré, buscaré la belleza. Lo importante es buscarla donde ruedes. Es como New York, que hay lugares sucios, pero se puede encontrar belleza en ellos. Intento hacer el menor uso de las nuevas tecnologías. Voice Over tiene menos digital de lo que puede pensarse, pues rodamos en lugares alucinantes y luego es añadir una ligera integración o retoque.
Parte del gran trabajo en Voice Over es de tu hermano, Javier Rosete, director de fotografía ¿Cómo es trabajar con tu hermano y cosechar exitos?
Para mí es muy divertido poder trabajar con mi hermano, hace todo 20 veces más divertido, aun siendo 5 años más joven que yo hemos vivido muchas experiencias comunes. Cuando estamos en el set, le digo: “quiero esto”, y él me da exactamente el plano que yo quería, pero mucho más bonito porque controla un montón de técnica y tiene un buen gusto. Es una gozada compartir proyectos y hacer cine con él. En estos 15 meses de producción del cortometraje, he disfrutado con mi hermano, buscando referencias, storyboards, soñando como íbamos a rodar cada plano, buscando soluciones… Ha sido muy enriquecedor.
En Voice over cuentas las historias en voz en off. ¿Qué opinas de la voz en off como medio narrativo en él cine?
Creo que es importante saber utilizar la voz en off. Hay muchísimas películas que nos acordamos exactamente por una voz en off: cuando abre Apocalipsis Now, La vida es Bella… Es un recurso que si se utiliza mal, es muy cutre, pero si lo haces bien funciona perfectamente. La voz en off de este corto es el actor doblador de House en Francia. Fue muy divertido trabajar con él. Vivió en España once años. Lo curioso es que no teníamos la voz en off hasta horas antes de la proyección en Gijón. Allí mandamos una versión previa con otra voz. Mi mujer y yo llevamos la copia desde Francia, conduciendo casi a contrarreloj. Otra gran anécdota.
¿Alguna anécdota del cortometraje con la que especialmente te quedes?
(Risas) Algunas, algunas. El cortometraje era un quilombo. Cada plano era difícil, miraras por donde lo miraras. En la secuencia del astronauta, el actor llevaba un traje que le hacía sudar muchísimo, se le empeñaba el cristal del casco todo el rato y no nos oía. Luego, el soldado y la lluvia, el frio, la secuencia submarina… pero superadas todas esas historias, nos quedaba la secuencia del beso, del los niños, que era solo media jornada. Yo pensaba que sería sencillo. Cuando llegue allí, la niña estaba súper nerviosa, ella me reconoció que nunca se había besado y que iba a ser realmente su primer beso y entonces fui a hablar con el niño y me dijo que él la tranquilizaba, que había besado a otras niñas en las series de televisión en las que ha trabajado. Fue muy dulce y muy tierno. Me parece muy especial que tengas tu primer beso en pantalla y dentro de 20 años puedas volver a verlo.
¿Qué tal la experiencia en festivales?
He intentado no ir a muchos, pues al vivir en New York, he podido ir a 4 o 5 festivales, como Tribeca y algunos más. Ya intente ir a todos los festivales con Revolución, pero aquí al ser cuatro productores nos lo hemos podido repartir. El asistir a festivales es una gran parte del trabajo. Aprendes de ver miles de cortometrajes y haces contactos con otros directores y productores, pero también es agotador. Ahora, por cierto, me han llamado para ser jurado en un festival.
Para acabar, un actor con quien te gustaría trabajar.
Luis Tosar. Me parece magnífico. No solo el resultado de su trabajo, si no todo. Ves que realmente es un gran actor, es bueno y él lo sabe. Eso te imprime un carácter, te da un nivel que se refleja en la pantalla. Ese nivel, ese trabajo es lo que realmente busco en un actor, una implicación total. Como Jonathan David Mellor, nuestro actor en Voice Over, que no necesitó doble, quiso hacerlo todo él. Si es así, siempre se refleja en la pantalla y va en pro de la historia.
Acabamos la entrevista, hablando sobre futuros proyectos, opiniones más personales del cine, donde nos enseña un lado muy personal Martín Rosete y su visión sobre este mundo. Estaremos atentos a los Rosete Brothers y sus próximos trabajos.