Sound City (2013) de David Grohl
Por Claudia Lorenzo
Que Dave Grohl es un abanderado del proceso analógico se sabe desde que montó un estudio en su casa y grabó con los Foo Fighters su último álbum, “Wasting Light”, proceso que se recoge en el documental (altamente recomendable) “Back and Forth”, presentado hace dos años en el festival de cine South by Southwest. Este año, Grohl ha dado un paso adelante y se ha colocado detrás de las cámaras para contarnos la historia de la mesa de mezclas Neve que habitaba los estudios Sound City, localizados en el angelino valle de San Fernando. La película, estrenada en el Festival de Cine de Sundance y acompañada por un mega-concierto, está disponible en plataformas digitales, incluyendo la española
“Esta mesa me cambió la vida”, declara Grohl ante las cámaras mientras recuerda el momento en el que, como batería de Nirvana, apareció por Sound City con sus compañeros de grupo para grabar el disco que definió a una generación, “Nevermind”. Previamente, con entrevistas a grandes de la música como Neil Young, Tom Petty, Metallica y otros muchos, el documental nos ha mostrado la historia de la música de los 70 y los 80 a través de la vida que se respiraba en Sound City, un estudio desastrado y sucio, con grandes profesionales y una acústica excepcional, especialmente en lo concerniente a la percusión, que se quedó atrás en el momento en el que el Pro Tools tomó terreno, pero que sigue siendo valorado y recordado.
Grohl se deja llevar en algunos momentos del documental por sus ganas de contar lo que más le toca, las partes de la historia que más recuerdos o admiración le provocan, en vez de seguir una narrativa medianamente lógica. Eso hace que algunos momentos el espectador tenga la sensación de estar viajando atrás y adelante en el tiempo sin ningún sentido. Sin embargo, una vez se entiende la visión del realizador, la pasión con la que entrevista, con la que habla, con la que cuenta cómo fue grabar allí “Smells Like Teen Spirit”, uno es capaz de seguirle hasta la siguiente aventura.
Y esa no es otra que el disco “From Reel to Real” que graba, obviamente, en su casa, en esa mesa Neve que compra cuando Sound City cierra sus puertas, atónito porque nadie quiera semejante prodigio tecnológico. Allí junta a algunos de sus compañeros de Foo Fighters y de Nirvana, con Rick Springfield, Fleetwood Mac y uno de sus héroes: “Yo aprendí a tocar la guitarra con un libro de acordes de los Beatles. Así que utilizar la mesa que me cambió la vida para grabar una canción con alguien que me enseñó a amar la música como Paul McCartney es un sueño hecho realidad.” El fruto de esa relación se pudo ver hace unos meses en el concierto en beneficio de las víctimas del Huracán Sandy en Nueva York, cuando el exBeatle ocupó el lugar de Kurt Cobain en la canción Cut Me Some Slack. Para todas las demás canciones habrá que esperar a marzo, cuando el álbum salga a la luz.
Una se pregunta, como batería que Grohl es, por qué a nadie se le ocurrió invitar a Ringo Starr a la fiesta.